Te diagnosticaron cáncer de tiroides o hay algo que te inquieta acerca de este? Aquí te explicamos qué es y cómo tratarlo

Te diagnosticaron cáncer de tiroides o hay algo que te inquieta acerca de este? Aquí te explicamos qué es y cómo tratarlo

La tiroides es una pequeña glándula que tiene forma de mariposa y se ubica en el cuello, sobre la tráquea. Esta glándula es muy importante para el buen funcionamiento del cuerpo y el metabolismo, ya que regula, en general, la energía del cuerpo, por lo cual influye en  la frecuencia cardíaca, el funcionamiento del cerebro y los músculos, la temperatura corporal, etc.

Sus funciones principales son la secreción de hormonas tiroideas (TSH), encargadas de la energía del cuerpo, y la producción de Calcitonina, que regula las concentraciones del Calcio en el cuerpo.

El cáncer de tiroides se da cuando las células ubicadas en esta glándula empiezan a crecer de forma descontrolada, ocasionando un tumor maligno.

Es la lesión cancerígena más frecuente en el sistema endocrino (encargado de las hormonas del cuerpo).

Síntomas del cáncer de tiroides

Algunos de los síntomas del cáncer de tiroides son:

  • Bulto o masa en el cuello: aunque los nódulos (las masas) son comunes, es raro que sean cancerosos. Se debe realizar una biopsia para confirmar si se trata de cáncer de tiroides o no.
  • Ganglios linfáticos del cuello inflamados
  • Dolor en la garganta, cuello, oído o mandíbula
  • Tos constante (que no está relacionada con gripa u otras patologías)
  • Ronquera o cambios en la voz que persisten
  • Dificultad para pasar la comida
  • Dificultad para respirar

Causas del cáncer de tiroides

El cáncer de tiroides suele presentarse en personas que se han expuesto a la radiación sin protección en el cuello. Tiene un factor hereditario con una historia familiar de cáncer de tiroides y se presenta con mayor frecuencia en personas mayores de 40 años.

Aunque no se puede determinar una causa exacta que desencadene el cáncer de tiroides, sí existen ciertos factores que pueden aumentar el riesgo de padecerlo.

Factores de riesgo del cáncer de tiroides

  • Sexo: el cáncer de tiroides ocurre 3 veces más en mujeres que en hombres debido a la acción de los estrógenos en el cuerpo. Una mayor concentración de estrógenos produce una mayor producción de hormonas tiroideas
  • Edad: tiende a darse en mujeres entre los 40 a 59 años, y hombres entre los 60 a 79 años.
  • Antecedentes familiares: varias afecciones hereditarias como el cáncer medular tiroideo, la poliposis adenomatosa familiar (FAP), la enfermedad de Cowden y el carcinoma familiar de tiroides no medular.
  • Radiación: haberse expuesto a radiación dirigida a la cabeza y el cuello durante la lactancia o la niñez, o haberse expuesto a la radiación de una bomba atómica. Ser personal asistencial en salud y exponerse a radiación sin protección.
  • Bocio: tener antecedentes de bocio (agrandamiento de la tiroides).
  • Dietarios: Bajo consumo de yodo.

Prevención del cáncer de tiroides

Los factores de riesgo no son iguales para nadie, y cada cuerpo está expuesto a experiencias y condiciones distintas, por lo cual no es posible prevenir la mayoría de los casos de cáncer de tiroides.

En algunos países como Colombia se evidenció incremento en la presencia de carcinoma de glándula tiroides por lo cual se realizó un estudio donde se encontró que la dieta era muy baja en yodo, por lo cual se generó política de estado al exigir a las refinadoras de sal, desarrollar sal yodada.

Se pueden realizar pruebas de sangre para saber si existen las mutaciones genéticas encontradas en el cáncer medular de tiroides familiar (MTC), por lo cual, los casos de MTC pueden prevenirse o tratarse a tiempo mediante la extirpación de la glándula tiroides. Una vez se detecte la enfermedad en una familia, se pueden realizar las pruebas para el gen mutado al resto de los miembros de la familia.

Diagnóstico y exámenes  del cáncer de tiroides

Si el médico sospecha sobre la existencia de cáncer de tiroides (después de palpar una protuberancia en el cuello o escuchar tus síntomas), puede ordenar unos estudios preliminares como análisis de sangre, ecografía, o gammagrafía con yodo radiactivo. Otros exámenes que pueden dar resultados más claros son:

  • Biopsia: el diagnóstico definitivo de cáncer de tiroides se hace con una biopsia, en la que se obtienen células del área sospechosa y, posteriormente, se observan a través un microscopio.
    • Biopsia por aspiración con aguja fina: es un procedimiento similar a la ecografía, sin embargo, al encontrar el módulo se realiza una punción con una aguja fina y se succiona dentro del mismo para tomar una muestra que irá a patología
  • Ecografía: por medio de un aparato que emite ondas de sonido, se observan los tejidos blandos del cuerpo. El técnico o radiólogo colocará un gel sobre el área de tu cuello, posteriormente, utilizará un elemento para realizar un recorrido externo de tu cuello, en la pantalla se verán las estructuras internas, allí se identificará si existen nódulos. También se intentará determinar su tamaño, su densidad, si un nódulo tiroideo es sólido o está lleno de líquido (los nódulos sólidos tienen más probabilidad de ser cancerosos), o cuál es la cantidad y el tamaño de los nódulos tiroideos.
  • Gammagrafías con yodo radiactivo: el yodo (administrado de forma oral o inyectada), es absorbido por las células tiroideas que se encuentren en cualquier parte del cuerpo. Con una cámara especial se analiza la actividad de esta radioactividad y se identifica a dónde ha ido menos (nódulos fríos) o más (nódulos calientes) radioactividad. Los nódulos calientes no son cancerosos, pero los nódulos fríos pueden ser benignos o cancerosos. Usualmente, se usa después de la cirugía para identificar si ha habido metástasis del cáncer de tiroides.
  • Tomografía computarizada: (computed tomography, CT) es un estudio de radiografía que produce imágenes transversales detalladas del cuerpo. La CT ayuda a determinar la localización y el tamaño de los cánceres de tiroides y si ellos se han propagado a áreas cercanas.
  • Imágenes por resonancia magnética: así como la CT, las imágenes por resonancia magnética (magnetic resonance imaging, MRI) se pueden usar para saber si hay cáncer en la tiroides, o cáncer que se ha propagado a partes cercanas o distantes del cuerpo. En esta se pueden observar de manera más adecuada los tejidos blandos que se encuentran cerca a la lesión y se puede determinar si están lesionados también. Sin embargo, la ecografía es usualmente el estudio de la tiroides que se hace primero.
  • Tomografía por emisión de positrones :este examen (positron emission tomography, PET) puede ser muy útil si el cáncer de tiroides es uno que no absorbe yodo radiactivo. En este caso, la PET puede indicar si el cáncer se ha propagado.

Clasificación del cáncer de tiroides

  • Cáncer de Tiroides bien Diferenciados (CTD)
    • Cáncer papilar: es el que se presenta con mayor frecuencia (aproximadamente el 70-80 %). Puede ocurrir a cualquier etapa de la vida, crece lentamente y tiende a comprometer los ganglios cercanos con mayor frecuencia. Tiene excelente pronóstico.
    • Cáncer folicular: se presenta entre el 10-15% de los casos. También se extiende a los ganglios aunque con menor frecuencia respecto al anterior, pero suele extenderse a otros órganos, particularmente los pulmones y los huesos.
  • Cáncer de Tiroides mal Diferenciados (CTMD)
    • Cáncer medular de tiroides: representa alrededor del 2% de todos los cánceres. Suele tener características hereditarias, por lo que se requiere un estudio genético para determinar mutaciones del Oncogén RET, esto puede dar un diagnóstico temprano y se puede realizar cirugía que eliminaría por completo el cáncer.
    • Cáncer anaplásico de tiroides: Es el más avanzado y agresivo y el que demuestra menor respuesta al manejo. Es muy raro pero, con frecuencia, mortal.

Tratamientos del cáncer de tiroides

El tratamiento depende del estado del cáncer, pero también depende de otros factores como la edad, el estado de salud de la persona y los antecedentes. A continuación, te vamos a mostrar los tratamientos más comunes.

Inmunoterapia para el cáncer de tiroides

La inmunoterapia se basa en el concepto de que las células inmunitarias o los anticuerpos que pueden reconocer y destruir las células del cáncer se pueden producir en el laboratorio y luego administrar a los pacientes para tratar el cáncer.

Cuando la inmunoterapia se usa en el tratamiento del cáncer, suele administrarse en combinación con quimioterapia u otros tratamientos para el cáncer. Se puede usar como terapia de mantenimiento.

Aunque se han dado grandes pasos hacia el entendimiento del papel del sistema inmune en el cáncer aún es un método muy nuevo que se encuentra en estudios.

Cirugía para el cáncer de tiroides

La cirugía es la extirpación del tumor y del tejido circundante. Existen tres tipos: lobectomía, tiroidectomía y extirpación de los ganglios linfáticos.

  • Lobectomía o Tiroidectomía parcial: en esta cirugía, se realiza un pequeño corte en la parte frontal del cuello y por ahí se extrae el lóbulo con cáncer (junto con el istmo, que es el puente pequeño de la glándula que se encuentra entre el lóbulo izquierdo y el derecho).

Usualmente se realiza cuando se trata de pequeños cánceres de tiroides diferenciados (papilar o folicular) que no muestran ningún signo de propagación más allá de la tiroides.

La ventaja de este procedimiento es que es posible que se deje una parte de la glándula, por lo cual los pacientes no tendrían que tomar píldoras para controlar la hormona tiroidea después de la operación.

  • Tiroidectomía total: esta es la más común. Es un procedimiento es muy parecido al de la lobectomía, la diferencia es que en esta se extirpa la tiroides en su totalidad. El médico puede vigilar posteriormente si existe algún signo de recurrencia por medio de gammagrafías con yodo radiactivo y análisis de sangre de tiroglobulina.

    Después de este procedimiento, el paciente debe tomar pastillas para regular la hormona tiroidea (levotiroxina).

  • Extirpación de los ganglios linfáticos (Tiroidectomía Parcial o Total Ampliada): esta se realiza cuando el cáncer se ha propagado a los ganglios linfáticos adyacentes al cuello. Consiste en extirpar la tiroides, junto con los ganglios.

Con frecuencia, se extirpan varios ganglios linfáticos cercanos a la glándula tiroides mediante una operación llamada disección del compartimiento central del cuello. La extirpación de más ganglios linfáticos, incluidos aquellos en el lado del cuello, se llama disección radical modificada del cuello.

Quimioterapia para el cáncer de tiroides

Esta terapia consiste en el uso de fármacos que se distribuyen por el cuerpo a través del torrente sanguíneo con el objetivo de destruir las células cancerosas. La quimioterapia puede disminuir el tamaño de posibles lesiones no vistas en los exámenes previos y puede destruir lesiones a distancia (metástasis). Generalmente, se usa después de la cirugía para destruir los restos que puedan quedar y se combina con la radioterapia.

Radioterapia para el cáncer de tiroides

Esta consiste en el uso de radiación con alta potencia para destruir las células cancerosas. La radioterapia se puede utilizar antes de la cirugía para disminuir el tamaño del tumor, o después, para destruir el tumor restante.

Terapia dirigida para el cáncer de tiroides

Este es un tipo de tratamiento para que el que se utilizan ciertos medicamentos que apuntan directamente a los genes, a las proteínas específicas de cáncer, o a las condiciones del tejido que contribuyen al crecimiento y la supervivencia del cáncer. La diferencia es que esta terapia se enfoca en las células cancerosas específicas, sin dañar las células normales.

Tratamiento con yodo radiactivo para el cáncer de tiroides

Este consiste en la administración de yodo radiactivo (RAI), mediante líquidos o cápsulas, el cual se concentra en las células de la tiroides. De esta manera, se identifican efectivamente las células tiroideas (incluyendo las células cancerosas), y la radiación se puede apuntar directamente a estas, con poco efecto en el resto del cuerpo.

Durante el día que recibas la yodoterapia debes realizar reposo en tu casa, no recibir visitas, y no exponerte a los rayos del sol

Terapia de hormona tiroidea para el cáncer de tiroides

La levotiroxina puede ayudar a mantener el metabolismo normal de cuerpo (después de extraer la tiroides en una cirugía) o puede ayudar a detener el crecimiento de cualquier célula cancerosa remanente.

Sin embargo, también se ha encontrado que si se administra una dosis más alta de lo normal de hormona tiroidea, los niveles de la hormona estimulante de tiroides (TSH) se pueden mantener tan bajos que no se promueve el crecimiento de la glándula tiroidea (lo cual incluye las células cancerosas de esta glándula). Es por esto que su consumo puede desacelerar el crecimiento de las células cancerosas remanentes y reducir la probabilidad de que el cáncer regrese.

Debes tener un control estricto de esta hormona cada 3 a 6 meses, según lo que plantee tu cirujano y según los hallazgos de la cirugía.

Tratamientos complementarios para el cáncer de tiroides  

Estas son terapias que van de la mano de los tratamientos convencionales.

Hábitos para el cáncer de tiroides

Mantener unos hábitos saludables es indispensable para controlar cualquier enfermedad. Con un poco de voluntad y con mucha constancia podrás mejorar considerablemente tu bienestar general, y podrás combatir con más fuerza el cáncer de tiroides.

Dieta para el cáncer de tiroides

Procura llevar una dieta balanceada, rica en frutas y vegetales y baja en sal. Te ayudará a sentirte mejor por dentro y por fuera.

Privilegia los alimentos ricos en yodo, como las lentejas. Dentro de la canasta familiar no se encuentran muchos productos con yodo por lo cual puedes buscar suplementos dietarios.

Ejercicio para el cáncer de tiroides

Practicar actividad física es recomendable para el bienestar general de tu organismo, pero es aún más importante cuando te enfrentas el cáncer. Ejercitarte ayudará a que la sangre fluya mucho mejor y tu metabolismo trabaje más eficientemente.

Este punto también lo debes discutir con tu médico de cabecera dado que ejercicios excesivos pueden representar un sobresfuerzo en el metabolismo de la tiroides. Es posible que te remita a un deportólogo para gestionar una rutina adecuada.

Medicina mente-cuerpo

Una alternativa, que no te cuesta nada y solo depende de ti, es la de dedicar tiempo para ti mismo. Piensa en ti, reflexiona, medita, piensa que tú eres quien más te conoce y quien más puede ayudar para curar cualquier patología. Siente cada parte de tu cuerpo, aprende a entenderte; tal vez un poco de autoconocimiento te puede ayudar a entender qué pasa con tu cuerpo y cómo combatir las enfermedades de la mejor manera.

Planta pensamientos semilla, pensamientos positivos que te fortalezcan. Toda información con contenido emotivo, tienen repercusión en nuestro cerebro; tener una mente tranquila permite que el cerebro logre tomar decisiones y generar procesos de autocuración.

Cannabis para el cáncer de tiroides

Los cannabinoides disminuyen el malestar general, ya que contribuyen a la mejoría de náuseas y vómitos, a la estimulación del apetito y al alivio del dolor que algunos tratamientos de quimioterapia y radioterapia produce.

En conjunto con los tratamientos convencionales, puede potenciar la muerte de las células tumorales, reduciendo su potencial de propagación y metástasis.

En estudios realizados en ratas se ha encontrado que al estimular receptores cannabinoides CB1 por 2-metil-araquidonil-2′-fluoro-etilamida (Met-F-AEA), se inhibe el crecimiento de un tumor derivado de células de cáncer de tiroides ya que inhibe el oncogen.

Estrategias de afrontamiento y apoyo para el cáncer de tiroides  

Si has sido diagnosticado con cáncer de tiroides, o conoces a alguien que ha sido diagnosticado, te presentamos algunas alternativas para afrontar esta noticia. Sabemos que un diagnóstico de cáncer puede representar todo un desafío emocional. Cada persona tiene una forma distinta de enfrentar esta situación, pero si aún estás descubriendo qué es lo que mejor te funciona, puedes probar alguna de estas opciones.

Conoce tu cáncer y a ti mismo

Entre más informado estés sobre el cáncer, más fácil será tomar decisiones relacionadas con el tratamiento. No sientas miedo ni pena de preguntarle a tu doctor, busca información en bibliotecas y sitios web confiables. Si quieres saber un poco más del cáncer puedes visitar nuestro artículo completo.

También es bueno que dediques tiempo para ti mismo. Piensa en ti, medita, siente cada parte de tu cuerpo, aprende a entenderte y escucharte, a ti, a lo que pasa por tu cabeza y a lo que pasa por tu cuerpo.

Rodéate de amigos y familiares

Contar con alguien que te acompaña, te entiende y te da su apoyo es muy importante, siempre. Si tienes una relación estrecha con alguien podrás lidiar con el cáncer sabiendo que estás respaldado y eso hace una gran diferencia. Tu bienestar empieza por cómo te sientes.

Busca alguien con quien hablar

Encuentra a una persona que esté dispuesta a escucharte y a hablar sobre tus esperanzas y tus temores. Si prefieres mantener tus relaciones personales en términos de amistad, puedes buscar hablar con un terapeuta, un médico o alguien de un grupo de apoyo. Es bueno expresar las dudas o los pensamientos (en general), ser escuchado y no guardar los miedos.

Existen normalmente varios grupos de apoyo de cáncer. Rodéate de personas con diagnósticos similares al tuyo, de esta manera podrán resolver dudas que resultan del día a día, como convivir con la enfermedad y algunos tips que les hayan servido a los demás a resolver algunas cosas que estás sintiendo.

¿Quieres saber un poco más sobre cáncer y cómo combatirlo? Aquí estamos para apoyarte y guiarte.