Cáncer de colon: guía completa para conocerlo a profundidad y combatirlo

Todo lo que debes saber sobre el cáncer de colon

Cáncer de colon: guía completa para conocerlo a profundidad y combatirlo

En esta guía encuentras todo sobre qué es cáncer de colon, síntomas, diagnóstico, tratamientos y terapias alternativas ¿estás listo?

¿ Qué es cáncer de colon?

El cáncer de colon (o colorrectal) es el cáncer que afecta el intestino grueso (colon) o el recto (parte final del colon). Usualmente, empieza como un conjunto de células (pólipo adenomatoso) que puede formar tumores en el revestimiento del intestino grueso.

Dependiendo del lugar exacto en donde se origina, se puede denominar cáncer de colon o cáncer de recto (rectal). Sin embargo, a menudo estos dos se agrupan porque tienen muchas características comunes. Hay algunos tipos de cáncer (no tan comunes) que no llegan a afectar el recto, como:

  • el linfoma
  • los tumores carcinoides
  • el melanoma
  • los sarcomas.

Sin embargo, por la afinidad entre estos dos tipos de cáncer, de ahora en adelante, usaremos el término cáncer de colon para referirnos al cáncer colorrectal.

Síntomas del cáncer de colon

Muchas personas pueden no presentar síntomas en las primeras etapas de la enfermedad. Si los presentan, es muy probable que varíen según el tamaño y ubicación del cáncer en el intestino grueso. De presentarse, los síntomas pueden ser:

  • Cambio en los hábitos de evacuación intestinal (diarrea, estreñimiento o reducción del diámetro de las heces fecales por varios días)
  • Sangrado rectal con sangre roja brillante
  • Sangre en las heces fecales que puede causar que las heces se vean oscuras
  • Una sensación de necesitar usar el inodoro que no desaparece
  • Malestar abdominal (cólicos, calambres, gases o dolor)
  • Debilidad o cansancio
  • Pérdida inexplicable de peso

Ten en cuenta que estos síntomas pueden ser causados por afecciones distintas al cáncer colorrectal, como:

  • infecciones
  • hemorroides
  • síndrome de intestino irritable

Sin embargo, es muy importante consultar con un médico tan pronto como se pueda para descubrir las causas y recibir el tratamiento necesario.

Consulta con un médico acerca de cuándo deberías comenzar a realizarte análisis para la detección de cáncer de colon. Por lo general, la recomendación es realizar el primer análisis para la detección de cáncer de colon a los 50 años. No obstante, el doctor puede recomendar realizarte el análisis para la detección si tienes otros factores de riesgo.

Factores de riesgo del cáncer de colon

  1. Edad avanzada.

La mayoría de las personas que sufren cáncer de colon tienen más de 50 años. Se puede presentar en personas más jóvenes, pero con una frecuencia mucho menor.

  1. Antecedentes personales de cáncer colorrectal o pólipos.

Si en el pasado sufriste de cáncer de colon o pólipos adenomatosos, el riesgo de padecer cáncer de colon en el futuro es más alto.

  1. Enfermedades inflamatorias intestinales.

Las enfermedades inflamatorias crónicas del colon, como la colitis ulcerosa y la enfermedad de Crohn, pueden aumentar el riesgo de padecer cáncer de colon.

  1. Síndromes heredados que aumentan el riesgo de sufrir cáncer de colon.

Los síndromes de orden genético (que se transmiten a través de las generaciones de tu familia), como poliposis adenomatosa familiar (FAP) o cáncer colorrectal hereditario no poliposo (síndrome de Lynch) pueden aumentar el riesgo de tener cáncer de colon.

  1. Antecedentes familiares de cáncer de colon

Si un padre, hermano o pariente padece esta enfermedad, las posibilidades de padecer de cáncer de colon son más altas. Si más de un miembro de tu familia padece este cáncer, el riesgo es aún mayor.

  1. Dieta baja en fibra y alta en grasas

El cáncer de colon y el cáncer de recto pueden estar asociados a una dieta con bajo contenido de fibra y con alto contenido de grasas y calorías. Se han obtenido resultados contradictorios en las investigaciones de este campo. Algunos estudios descubrieron un mayor riesgo de padecer cáncer de colon en personas que consumen mucha carne roja y carne procesada.

  1. Estilo de vida sedentario

Si tienes un estilo de vida muy quieto e inactivo, la probabilidad de sufrir cáncer de colon aumenta. Realizar actividad física de forma regular puede reducir el riesgo de padecer cáncer de colon.

  1. Diabetes

Las personas con diabetes y resistencia a la insulina tienen un mayor riesgo de padecer cáncer de colon.

  1. Obesidad

Las personas obesas presentan un mayor riesgo de padecer cáncer de colon, en comparación con las personas dentro de un rango normal de peso.

  1. Cigarrillo y alcohol

Las personas que fuman o que consumen alcohol de manera regular corren un mayor riesgo de padecer cáncer de colon.

Pruebas para detectar cáncer de colon

A menudo, los cánceres colorrectales pueden sangrar en el tracto digestivo. A veces la sangre se puede ver en las heces o causar que estas se vean más oscuras, pero a menudo las heces se ven normales. Pero con el pasar del tiempo, la pérdida de sangre se puede acumular y puede causar recuentos bajos de glóbulos rojos (anemia). En ocasiones, el primer signo de cáncer colorrectal es un análisis de sangre que muestra un bajo recuento de glóbulos rojos.

Pruebas de heces fecales

Por medio de estas pruebas se examinan las heces fecales para detectar los signos del cáncer de colon. Estas pruebas son menos invasivas y son más fáciles de realizar, pero deben realizarse con más frecuencia.

Prueba inmunoquímica fecal (FIT)

La prueba inmunoquímica fecal (fecal immunochemical test, FIT), también se denomina prueba inmunoquímica de sangre oculta en las heces fecales (iFOBT). Para esta prueba, se recogen pequeñas cantidades de heces en tarjetas (o en tubos) y estos se examinan para detectar si hay sangre oculta. Esta prueba reacciona con parte de la proteína de la hemoglobina humana que se encuentra en los glóbulos rojos.

Si los resultados de la prueba son positivos (si se detecta sangre oculta), se requerirá de una colonoscopia para hacer un estudio más a fondo. Aunque la sangre en las heces fecales puede deberse a cáncer o a pólipos, también puede tener otras causas, tales como úlceras, hemorroides u otras afecciones.

Esta prueba se debe realizar cada año.

Prueba de sangre oculta en heces basada en guayacol (gFOBT)

El gFOBT detecta sangre oculta en el excremento a través de una reacción química. Este lo hace de una manera distinta a la prueba FIT. Sin embargo, tiene la misma limitación ya que no se puede determinar si la sangre proviene del colon o de otras partes del tracto digestivo (por ejemplo, el estómago).

Al igual que la FIT, si se detecta sangre en las heces, se deben realizar otros exámenes como colonoscopia para encontrar la causa del sangrado. También se debe realizar cada año.

Algunos alimentos o medicamentos pueden afectar los resultados de esta prueba. Por eso, antes de la prueba, se debe evitar:

  • Medicamentos antiinflamatorios no esteroideos (NSAID) como ibuprofeno (Advil), naproxeno (Aleve) o aspirina durante 7 días antes de la prueba ( si usted toma estos medicamentos diariamente para problemas cardíacos u otras afecciones no los suspenda a causa de esta prueba sin antes consultar con su médico).
  • Más de 250 mg. de vitamina C al día provenientes ya sea de suplementos o de frutas y jugos cítricos durante 3 días antes de la prueba. (Esto puede afectar las sustancias químicas en la prueba y provocar que el resultado sea negativo, aun cuando hay sangre).
  • Carne roja (res, cordero o hígado) durante 3 días antes de la prueba (los componentes de la sangre en la carne podrían causar que el resultado de la prueba sea positivo).

Prueba de ADN en las heces fecales

Usualmente, las células de los cánceres colorrectales o de los pólipos contienen mutaciones de ADN (cambios) en ciertos genes. Esta prueba (también conocida como prueba multidirigida de ADN en heces fecales o MT-sDNA) ayuda a identificar estas secciones anormales de ADN.

Esta prueba se debe realizar cada 3 años. Si se detectan cambios de ADN, se necesitará una colonoscopia.

Exámenes visuales (estructurales)

Estos exámenes permiten observar la estructura del colon y del recto para detectar áreas anormales que puedan ser cáncer o pólipos. Se realizan con un endoscopio (un instrumento parecido a un tubo con una cámara diminuta y una fuente de luz en el extremo) que se inserta en el recto o con estudios por imágenes especiales (rayos X).

No requieren tanta frecuencia como las pruebas de heces fecales, pero sí necesitan una mayor preparación. Adicionalmente, se pueden presentar algunos riesgos que no existen con las pruebas de heces fecales.

Colonoscopia

Este examen toma aproximadamente 30 minutos, en los cuales el médico examina el colon y el recto en toda su extensión con un colonoscopio (un tubo flexible del grosor aproximado de un dedo que tiene una luz y una pequeña cámara de video en el extremo). El colonoscopio se introduce por el ano hacia el recto y el colon y, a través de este instrumento, se pueden pasar instrumentos especiales para hacer una biopsia (muestra) o extirpar cualquier área que se vea sospechosa, como pólipos, de ser necesario.

Antes del examen se debe evacuar y limpiar el colon y el recto, por lo cual el médico dará instrucciones específicas que se deben seguir los días previos (incluyendo dieta, píldoras, líquidos y enemas, o combinaciones de éstos). Es un examen que puede causar molestia, por lo cual se utiliza un sedante para ayudar a que la persona examinada se sienta más cómoda.

Colonografía por CT (colonoscopia virtual)

Este es un tipo avanzado de tomografía computarizada (CT, por sus siglas en inglés) del colon y del recto. En este se utilizan rayos X, pero en lugar de tomar una fotografía, como la radiografía convencional, se toman muchas imágenes al tiempo que un dispositivo rota alrededor del paciente mientras este se encuentra acostado en una camilla. Luego, una computadora combina estas fotografías en imágenes detalladas que permiten una vista tridimensional del interior del colon y el recto, lo cual permite al doctor detectar si hay pólipos o cáncer. El examen toma alrededor de 10 minutos.

Aunque no es un examen tan invasivo como una colonoscopia, se necesita el mismo tipo de preparación intestinal.

Sigmoidoscopia flexible

En esta prueba, el médico introduce por el ano un sigmoidoscopio (un tubo flexible del grosor aproximado de un dedo que tiene una fuente de luz y una pequeña cámara de video en el extremo). Este instrumento mide tan solo alrededor de 60 centímetros de largo, lo cual alcanza para que cubrir la longitud del recto, pero menos de la mitad del colon.

Al avanzar con la pequeña cámara, el médico observa parte del colon y del recto en una pantalla de video, lo cual le permite detectar anomalías.

Al igual que los exámenes anteriores, este requiere una preparación previa en la que los intestinos se tienen que vaciar y limpiar.

Prevención 

Tests

Con los exámenes de detección del cáncer de colon a menudo se pueden encontrar pólipos antes de que se vuelvan cancerosos. Extirpar dichos pólipos puede prevenir este tipo de cáncer.

Estilo de vida

El cambio de la alimentación y del estilo de vida es importante. La investigación médica sugiere que las dietas con contenido bajo de grasa y ricas en fibra pueden disminuir el riesgo de padecer este tipo de cáncer. Algunos estudios indican que el riesgo de cáncer colorrectal también se puede reducir si se aumenta la actividad física, se limita el consumo de alcohol y se evitan los productos del tabaco.

Estadios del cáncer de colon

Habitualmente se clasifica el tumor en una escala de 0 a IV, donde el estadio 0 es la fase inicial y más localizada del cáncer, y el estadio IV la más avanzada, en la que el cáncer ya ha diseminado a otros órganos fuera del colon o del recto.

Estadio 0

El cáncer está en una etapa muy temprana y solo se encuentra en la capa más interna del intestino.

Estadio I

El cáncer ya atravesó el revestimiento superficial (mucosa) del colon o el recto. Sin embargo, sigue en las capas internas del colon, es decir, no se diseminó más allá de la pared del colon o el recto.

Estadio II

El cáncer alcanzó o atravesó la pared del colon o el recto, pero no se diseminó a los ganglios linfáticos cercanos.

Estadio III

El cáncer invadió los ganglios linfáticos cercanos, pero todavía no afecta otras partes del cuerpo.

Estadio IV

El cáncer se ha diseminado a otros órganos fuera del colon, como hígado, pulmón, ovarios o huesos.

Tratamientos del cáncer de colon

El tipo de tratamiento depende de muchos factores, incluyendo la etapa del cáncer. Las opciones de tratamiento principales pueden incluir: cirugía, quimioterapia, radiación y terapia dirigida.

Cirugía

El cáncer de colon en etapa 0 se puede tratar extirpando el tumor. Esto a menudo se hace mediante una colonoscopia.

Para el cáncer en etapas I, II y III, es necesario realizar una cirugía mayor que extirpe la parte del colon en donde se encuentra el cáncer. Esta cirugía se denomina resección del colon (colectomía). En general, en la colectomía también se extraen los ganglios linfáticos cercanos y se los analiza en busca de cáncer.

Quimioterapia

La quimioterapia utiliza medicamentos para destruir las células cancerosas.Casi todas las personas con cáncer de colon en etapa III reciben quimioterapia después de la cirugía durante 6 a 8 meses. Esto se denomina quimioterapia complementaria. De esta forma, la quimioterapia ayuda a tratar cualquier célula cancerígena restante y puede ayudar a reducir el riesgo de que haya una recurrencia del cáncer y de muerte a causa de este.

En ocasiones, también se puede utilizar quimioterapia antes de la cirugía a fin de reducir el tamaño del cáncer antes de la operación. Es más frecuente que se utilice quimioterapia antes de la cirugía para el cáncer de recto que para el de colon.

Radioterapia

La radioterapia usa fuentes de energía poderosas, como los rayos X. Este funciona para destruir las células cancerosas y reducir el tamaño de tumores grandes. Esto se realiza antes de una operación para que puedan extraerse con mayor facilidad o aliviar los síntomas del cáncer de colon y el cáncer de recto.

La radioterapia, ya sea sola o combinada con la quimioterapia, es una de las opciones de tratamiento estándar para el control inicial del cáncer de recto, seguida de cirugía.

Terapia dirigida

Este se concentra en objetivos (moléculas) específicos en las células cancerígenas. Estos objetivos influyen en la forma en la que las células cancerosas crecen y sobreviven. Usando estos objetivos, el medicamento incapacita a las células cancerosas de manera que no se puedan diseminar.

Los medicamentos que se usan en la terapia dirigida se pueden administrar solos o junto con la quimioterapia. Estos suelen reservarse para personas con cáncer de colon avanzado.

Terapias alternativas

Estas son terapias que van de la mano de los tratamientos convencionales.

Té de ginseng

El ginseng es una planta medicinal con diversos beneficios para la salud. Éste posee unas sustancias llamadas ginsenósidos que le conceden propiedades estimulantes y que ayudan a revitalizar el organismo.

La alta concentración de antioxidantes que tiene ayuda a inhibir la proliferación de las células cancerígenas. En algunos casos este té puede conducir a la muerte automática de este tipo de células.

Té verde

El té verde es una buena fuente de catequinas y epicatequinas. Estos son compuestos orgánicos que se encargan de:

  • reducir la presencia de los radicales libres
  • prevenir la propagación de las células cancerosas
  • aportar un efecto antitumoral.

Por esta razón, tomar té verde como sustituto del café es una buena opción. Recuerda que puedes tomar tantas tazas de este té al día como desees.

Ejercicio

Practicar actividad física es recomendable para el bienestar general de tu organismo. Además, es aún más importante cuando te enfrentas al cáncer de colon. Ejercitarte ayudará a que la sangre fluya mucho mejor y tu metabolismo trabaje más eficientemente.

Arándanos

Estos pequeños frutos contienen una gran cantidad de antioxidantes, entre los que se incluyen la catequina, quercetina flavonoides, compuestos fenólicos y muchísimos más.

Esto convierte a los arándanos en una bomba de antioxidantes que tendrá efectos positivos sobre las células cancerosas y el fortalecimiento de tu sistema inmunitario. Un puñado de arándanos al día basta para ayudar a combatir los radicales libres.

Cannabis

Los cannabinoides disminuyen el malestar general. Estas contribuyen a la mejoría de náuseas y vómitos. También a la estimulación del apetito y al alivio del dolor que algunos tratamientos de quimioterapia y radioterapia produce.

En conjunto con los tratamientos convencionales, puede potenciar la muerte de las células tumorales, reduciendo su potencial de propagación y metástasis, entre otras.

Estrategias de afrontamiento y apoyo

Si has sido diagnosticado con cáncer de colon, o conoces a alguien diagnosticado, te presentamos alternativas para afrontar esta noticia. Sabemos que un diagnóstico de cáncer puede representar todo un desafío emocional. Cada persona tiene una forma distinta de enfrentar esta situación. Si aún estás descubriendo qué es lo que mejor te funciona, puedes probar alguna de estas opciones.

Conoce tu cáncer y a ti mismo

Entre más informado estés sobre el cáncer, más fácil será tomar decisiones relacionadas con el tratamiento. No sientas miedo ni pena de preguntarle a tu doctor, busca información en bibliotecas y sitios web confiables. Si quieres saber un poco más del cáncer puedes visitar nuestro artículo completo aquí.

También es bueno que dediques tiempo para ti mismo. Piensa en ti, medita, siente cada parte de tu cuerpo, aprende a entenderte; tal vez un poco de autoconocimiento te puede ayudar a afrontar el cáncer.

Rodéate de amigos y familiares

Contar con alguien que te acompaña, te entiende y te da su apoyo es muy importante, siempre. Sí tienes una relación estrecha con alguien podrás lidiar con el cáncer sabiendo que estás respaldado. Eso hace una gran diferencia, pues tu bienestar empieza por cómo te sientes.

Busca alguien con quien hablar

Encuentra a una persona que esté dispuesta a escucharte y a hablar sobre tus esperanzas y tus temores. Si prefieres mantener tus relaciones personales en términos de amistad, puedes buscar hablar con un terapeuta, un médico o alguien de un grupo de apoyo. Es bueno expresar las dudas o los pensamientos (en general), ser escuchado y no guardar los miedos.

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